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domingo, 3 de septiembre de 2017

1116 - CRITICAS A ULISES PORQUE FUE CONVOCADO A CANTAR EL HIMNO NACIONAL




Ulises Bueno cantará el Himno Nacional Argentino antes de un partido de la selección argentina. La noticia sacudió Internet: sus fanáticos celebraron la novedad, sus detractores se encargaron de defenestrarlo, siempre en el terreno de unas redes antisociales que suelen sacar lo mejor y lo peor de nosotros.
¿Por qué tanto enojo? A primera vista, el cuestionamiento aparece directamente por “portación de género”, disfrazado de una supuesta evaluación artística.
¿Un cuartetero no puede cantar nuestra canción patria pero sí se acepta que lo haga un rockero (Charly García, Fito Páez, Andrés Ciro Martínez) o un folklorista (Mercedes Sosa, Jairo, Soledad Pastorutti, el Chaqueño Palavecino)?
No está de mas recordar lo que le costó a Charly su versión registrada en Filosofía barata y zapatos de goma (1990), con batería y teclado electrónico: recién una década más tarde, un fallo judicial autorizó a emitir por las radios la versión rockera porque se demostró que “no constituía una ofensa” al símbolo patrio. Pero volvamos al presente, aunque la mayoría de los cuestionamientos vayan en sintonía con las críticas que un cuarto de siglo atrás se realizaron para el rockero, en el nombre del respeto y el buen gusto.
En los comentarios de la nota de VOS, que publicó el anticipo sobre Bueno, se podían leer diálogos como el siguiente:
–(Viviana) A quién le va a pedir la voz! Por favor!!!! Un poco de buen gusto!
–(Matii) ¿Buen gusto? Señora, ¿me puede describir lo que sería tener buen gusto? Es una estigmatización de lo que a otra persona le gusta. Eso se llama prejuicio también. Si no, cante usted que seguro canta como Adele!! 
La línea de los comentarios en contra iban por “un poco de respeto”; “Perdónenlo Vicente López y Planes y Blas Parera. Este asno no sabe lo que hace...”; “Eso es lo que me enoja: tenemos excelentes cantantes que son profesionales, entiéndase Patricia Sosa, Jorge Rojas, la Sole, Axel, etcétera. ¿Cómo nos va a representar este tipo?”; “Pensaba rezar para que la selección gane pero creo que me focalizaré para que este perro no ladre”; “A pasar papelón. Una vergüenza. Que mal que estamos. Encima nada y nada menos que con el himno. Que desastreee”; “Que mal estamos, Argentina. Una vergüenza. Pobre mi patria. Pobre mi himno nacional”.
Una tal Diana agregó, entre miles de palabras de declaracionismo berreta: “Queeeé? ¿No hay algún cantante en el país?”.
Si bien puede haber querido cuestionar las dotes de Ulises, lo hizo de tal modo que podría entenderse doblemente mal: Córdoba no es Argentina, Ulises Bueno no es un cantante.
Criticarlo por su versión del Himno Nacional Argentino antes de que conozcamos dicha versión, habla de un claro juicio previo: prejuicio.
La violencia de las críticas se puede equiparar a cuando Marc Anthony interpretó el himno norteamericano en el Partido de las Estrellas de Béisbol –en 2013– y lo destruyeron con frases xenófobas por su origen: “Dejar que cante un hispano (el himno) realmente hace daño a mi corazón” o “¿No tenemos un artista estadounidense que lo cante?”. Encima, Anthony nació en 1968 en Nueva York.
Ulises es el músico cordobés del momento, que supo construirse paso a paso por fuera de la sombra de su hermano Rodrigo: es el que llena más estadios, el que fue convocado por Carlos Tevez para su casamiento o por Tinelli para la apertura de su programa televisivo, el que triunfa en un género tradicional, del interior argentino (pero también con llegada afuera de las fronteras provinciales), el que impuso un estilo, respaldado por una industria siempre floreciente.
¿Ulises canta bien o canta mal? La discusión sobre gustos sería difícil de abordar, porque las críticas tampoco surgen de una evaluación de talento.
Lo que es indiscutible es que tiene todo el derecho de presentarse antes de un partido de la selección argentina y entregar su versión de la canción patria. El mismo derecho que un folklorista, un rockero o un cantante lírico.

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